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Biomimética: cuando la naturaleza inspira a los emprendedores

El mundo natural ya diseñó soluciones para muchos de nuestros problemas.

12 de octubre de 21 . 08:00hs
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María Galarza

Probablemente todos tengamos una prenda con velcro, ese mecanismo tan sencillo de pegar y despegar. Pero, ¿alguna vez pensaron cómo se inventó?

Resulta que George Mestrel, un ingeniero suizo, volvía de una caminata por la montaña cuando observó que su ropa y su perro estaban llenos de un cardo que resultaba difícil despegarse.

Lo que descubrió fue que gracias a las puntas en forma de garfio, estos cardos se adherían fácilmente y pensó en replicar este mecanismo para nuestra ropa. Ergo, el velcro.

El velcro surge al imitar un proceso natural de los cardos.

Lo que hizo Mestrel fue copiar a la naturaleza para crear uno de los mecanismos más comunes y prácticos de nuestra vida cotidiana.

La naturaleza lo inspiró para diseñar, inventar, innovar. Esto se conoce como biomimética: saber encontrar soluciones en los paisajes que nos rodean, en las plantas, en los animales.

O para ponerlo en otras palabras, se trata de observar a la naturaleza y sus mecanismos de supervivencia para extraer soluciones sustentables.

La bióloga Janine Benyus, una de las mayores propulsoras actuales de la biomimética, afirma: “Vivimos en un universo competente, formamos parte de un planeta brillante y estamos rodeados de genialidad”.

Y sí, nuestro planeta está organizado de las maneras más sorprendentes y originales. Modelos, sistemas y procesos naturales que vienen funcionando desde siempre y que no degradan ni contaminan nuestro planeta, sino que lo enriquecen.

Por eso la biomimética pone el foco en la inteligencia y la creatividad de la naturaleza para diseñar soluciones que permitan resolver problemas prácticos del hombre.

[Leé más: Cómo imitar a la naturaleza para combatir la desertificación]

Según los expertos en esta disciplina, muchos de los problemas de diseño con los que nos enfrentamos ya fueron resueltos por los distintos  organismos y ecosistemas a lo largo de su proceso de evolución, con soluciones elegantes, eficaces, funcionales y sostenibles.

Las respuestas a los problemas estaban en todos lados, a nuestro alrededor, solo había que cambiar los anteojos con los que veíamos al mundo.

Un edificio que imita a las termitas

El Centro Eastgate, ubicado en Zimbawe, no necesita que enciendan el aire acondicionado ni la calefacción para mantener una temperatura agradable en el edificio.

¿Cómo hacen? Imitaron a las termitas, que construyen sus nidos con pequeños agujeros en su superficie y una red subterránea de conductos que actúan como fuente de refrigeración ya que absorben el calor.

Así, tomando el concepto de la termorregulación de la naturaleza, el aire siempre circula y se renueva.

Inspirado en las termitas,  este edificio se mantiene fresco sin aire acondicionado.

[Lee más: Michael Reynolds: “Estas escuelas sustentables harán que toda una generación repiense el planeta”]

Luciérnagas hacen brillar a las lamparitas LED

Los famosos bichitos de luz que se ven encendidos en la oscuridad de la noche tienen unas escamas asimétricas en su superficie que consiguen un brillo extremadamente potente y proyectar luz de manera eficaz.

Un equipo de investigación coreano emuló el proceso que tienen las escamas de las luciérnagas en las bombillas LED y su iluminación aumentó en un 50%.

De esta forma, consiguieron una mayor efectividad para reducir el consumo eléctrico de las bombillas y  cuidar el medio ambiente.

El funcionamiento lumínico de las luciérnagas se replicó a la confección de lámparas LED, aumentando un 50% su iluminación.

[Leé más: Por qué las abejas deberían ser tu nuevo insecto favorito]

Una cinta adhesiva que viene del camaleón

Los camaleones o lagartos consiguen adherirse a cualquier superficie sin utilizar líquidos, gases ni tensión superficial.

Muchas especies de lagarto o camaleón pueden adherirse a cualquier superficie gracias a pequeñas “almohadillas” en sus patas.

Estas producen una fuerza electroestática que genera un campo de atracción entre la superficie y el lagarto.

Mediante la biomimética, un grupo de científicos de la Universidad de Stanford está desarrollando una cinta adhesiva basándose en estas mismas propiedades de atracción y sin la necesidad de utilizar químicos con esta misma textura pegajosa.

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