Un censo realizado en Colombia en 2015 encontró que más de 1.380.000 personas, o aproximadamente el 3,4% de la población total, pertenecían a una comunidad indígena. Hay muchos en 27 estados y 228 comunidades de todo el país.
Colombia es uno de los países con mayor diversidad indígena del mundo, tanto en términos de culturas, idiomas, estructuras sociales y estilos de vida.
Entre los 80 pueblos indígenas de Colombia, algunos han acercado sus tradiciones a la cultura “cristiana occidental”. Las fiestas importantes como Navidad y Año Nuevo son una oportunidad para que se reúnan y celebren sus rituales. Por ejemplo, los Wayúu (pronunciado Uaju-u), habitantes del desierto de la Guajira en el noroeste de Colombia, no colocan árboles de Navidad ni belenes ni distribuyen regalos. Sin embargo, entre Navidad y Año Nuevo se celebran costumbres transmitidas de generación en generación.
Sus vidas se rigen por la lluvia, el sol y la voluntad de la naturaleza. Muchos de los elementos se basan en antiguas tradiciones y costumbres. Su propia existencia se sitúa en un contexto espiritual e histórico, mucho más amplio y completo que su propia vida o su entorno. Los rituales y prácticas chamánicas surgen de diferentes cosmovisiones e ideas sobre las causas de los sueños y las enfermedades, los conceptos de muerte y renacimiento.
Estos rituales y prácticas se basan en gran medida en la danza y la música. Es una forma importante de expresión de las culturas indígenas tradicionales. La música y el movimiento que la acompaña son una forma de espiritualidad indígena, a través de la cual interactúan con la naturaleza, las deidades, los antepasados o el universo.
Hay algunos bailes tradicionales entre los Wayúu, como el baile de cortejo, durante el cual las niñas bailan con posibles parejas. Con la cabeza cubierta y vestida con un vestido, la joven baila con pequeños pasos, con los brazos extendidos hacia adelante, dentro de un círculo formado por los habitantes del pueblo. El hombre baila frente a ella, acercándose y girando en círculos hasta que finalmente cae al suelo. Mientras tanto, los hombres adultos tocan tambores e instrumentos musicales tradicionales. Si un joven es respetado y aceptado en su clan, debe pagar una dote a la madre de la niña y a los miembros masculinos de su familia.
Justo antes de Navidad, los Wayúus rinden homenaje al Dios supremo. Bailan al ritmo de sus tambores para el Dios de la Lluvia pidiendo una cosecha abundante y abundante comida para los próximos doce meses.
Los sueños antes de fin de año también son muy importantes, ya que predicen el año que viene. Por lo tanto, los malos sueños se contrarrestan con rituales de baños de plantas para que se conviertan en buenos sueños. Cada familia tiene sus plantas favoritas que han utilizado durante generaciones.
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